"" "" "": Sí, señor, por Kaala.
- Llegará el día, amigo, en que nos dominarán- comentó el primero.
- No digas sandeces- contestó el segundo, a modo burlón-. Las máquinas no tienen la capacidad que tenemos nosotros. No tienen sentimientos. Sin ellos, no hay ambición.
- ¿Ves cómo van evolucionando? Si hay conseguido sacar las primeras que puedan interactuar un poco con nosotros... dentro de unos tantos años, llegarán a estar regidos por los sentimientos- mostraba el primero un aire de preocupación.
- Por muy perfecta que sea la máquina, por muy inteligente o potente que sea su procesador, no podrá igualarse a los seres biológicos. Cables y metal no sienten nada, aunque tengan vida.
- De acuerdo, de acuerdo. Pero tendrán capacidad para juzgar sus actos y los nuestros.
- Eso nos ayudará, sin duda. Procesarán datos con gran velocidad, nos ofrecerán todas las variantes que haya, si es que existiese alguna. Piensa en los médicos o los jueces.
- Pero también pienso en los políticos, en los militares. G, me parece muy bien que las máquinas nos ayuden en labores humanitarias, a las profesiones que necesitan salvar vidas. Pero estoy preocupado en los demás aspectos de la sociedad. Recuerda. Si ha habido dioses, éstos nos han creado a su semejanza y nosotros nos hemos desvinculado de ellos. Y de qué manera. Sólo te digo. Si no permití que un dios me gobernara, no consentiré tampoco que una máquina lo haga.
- Veremos a ver lo que acontece en las siguientes décadas, amigo mío- sonrió G-. Sólo te pido que no seas tan alarmista y tan dramático. Nunca llegaríamos a otorgarles poder, eso lo sabes de sobra. El ser humano es demasiado egoísta para ceder sus prerrogativas.
- Es el aumento de las capacidades de la máquina lo que me preocupa, entiéndelo. Vuelvo a decirte: procesarán datos, sabrán todo lo referente a cada uno de nosotros, todo lo de la sociedad.
- ¿Eso no lo hacen ya políticos corruptos, dictadores, papas de Roma, empresarios y altos cargos militares?- comentó en tono burón- Ya sea por un humano, o por una máquina, los de abajo siempre estaremos puteados- el amigo iba a increparle algo-. No, no digas nada. La impotencia es la misma.
El parrafo final es soberbio, ya sea por supermáquinas tanto de metal como empresariales los de abajo estamos siempre puteados.
ResponElimina